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Cómo sacar mejores notas: el lugar donde estudias

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En esta entrada de nuestra serie dedicada a mejorar la calidad del estudio para conseguir mejores notas, llegamos al apartado del lugar donde estudias.

Es recomendable estudiar siempre en el mismo sitio, sea tu habitación, cuarto de estudio, sala de estar… El hecho de que sea el mismo lugar siempre nos resta distracciones, ya que no hay nada nuevo que ver. Se pueden intercalar un par de sitios habituales, como habitación y biblioteca, pero siguiendo la premisa de mantener lugares habituales para minimizar distracciones.

Debe ser un lugar tranquilo, sin mucho movimiento de personas a tu alrededor, sin ruidos, sin que haya una televisión encendida… Hay quien dice que el silencio absoluto no le funciona y que se concentra mejor con algo de música, si es tu caso adelante.

Elimina los «robatiempos» (móvil, internet…). Recuerda que te recomendamos parar cada 45 minutos. En ese tiempo de descanso puedes consultar los mensajes, revisar cómo va la partida, etc. Puedes silenciarlos e incluso desconectarlos para no caer en la tentación.

Procura que sea un lugar con una buena ventilación, bien aireado y con una temperatura agradable.

Trabajamos mejor en un lugar bien iluminado, idealmente con luz natural y que no nos haga sombra la mano con la que escribimos.

Mantén la mesa bien ordenada, sin una excesiva cantidad de objetos que te resten espacio para lo que necesites de verdad o que puedan distraerte. Asegúrate de tener el material que necesitas para la actividad que vas a hacer, pero todo lo demás debería tener un sitio en la cajonera o la estantería.

La mesa y la silla deben estar ajustadas a tu estatura. La silla debe ser cómoda y con una buena sujeción en la zona lumbar. Siéntate bien, con los pies apoyados en el suelo y la espalda recta.

Si trabajas con el ordenador, asegúrate de colocar la pantalla a una buena altura en relación a tus ojos, y a una distancia suficiente. Regula el brillo, especialmente si la iluminación de la habitación es tenue y falta poco para que vayas a dormir (que no te desvele).

Si necesitas más ayuda con tus estudios o los de tus hijos, llámanos a los teléfonos 622 26 60 40 / 629 97 33 24 y te informaremos sobre nuestros servicios en el área de la psicopedagogía.

Cómo sacar mejores notas: organización

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Siguiendo con las recomendaciones para estudiar mejor, hoy nos vamos a centrar en la organización:

Lo que mejor funciona es tener un horario fijo de estudio. A veces nuestro horario por las tardes es complicado por las actividades extraescolares. Con una buena organización puedes adelantar deberes, lecturas y actividades los fines de semana, de forma que no tengas que hacer horarios extremos.

Estudiar no es sinónimo de «empollar», sino que implica lectura y organización de apuntes, aplicación de técnicas de estudio (realización de esquemas, mapas conceptuales…), realización de ejercicios, simulacros de examen… Por tanto, necesitaremos 2 o 3 horas diarias, casi todos los días de la semana (esto es orientativo, todos somos diferentes y necesitamos una dedicación diferente, tú decides el tiempo que necesitas).

Nuestra capacidad de atención y concentración no puede mantenerse durante períodos largos. Lo ideal es estudiar unos 45-50 minutos, y descansar 10-15. En ese tiempo de descanso, podemos hacer lo que nos apetezca (ver la tele, llamar a alguien, echar una partida…), pero recomendamos usar una parte al menos para el autocuidado (hidratarse, comer algo sano, hacer unos estiramientos…).

Ten cuidado con los «robatiempos». A veces, aunque nos hayamos programado 3 horas de estudio y efectivamente las hayamos pasado en la habitación, hemos dedicado la mayoría a mirar el móvil, internet… Asegúrate de que ese tiempo está bien aprovechado, no te engañes a ti mismo. Sácate de encima aquellas cosas que te ocupen el pensamiento: si te apetece hablar con una amiga, quieres mirar unas entradas o necesitas comprar unos zapatos, hazlo lo antes posible y no sigas dándole vueltas.

Proponte tareas concretas y ordenadas por prioridad. En lugar de decir que vas a dedicar la tarde a «estudiar», decide qué temas y qué asignaturas son más importantes o más urgentes, y dedícales el tiempo necesario hasta terminar lo que te has propuesto.

Cuidado con la autoexigencia, no te programes más de lo que puedas hacer, ajusta las programaciones si lo crees necesario, si no te encuentras bien no te fuerces… Con una buena planificación y organización, tienes tiempo de sobras para adaptarte a las dificultades que surjan.

Olvídate de las «empolladas» de última hora. Aprenderás mejor y memorizarás durante mucho más tiempo si estudias desde el principio del trimestre (y del curso, claro, aunque ya no podamos volver atrás en el tiempo). Además, los nervios y la presión son grandes saboteadores de la memoria.

Busca actividades que te gusten, que te relajen, que te ayuden a sacar el estrés… y dedícales tiempo especialmente el fin de semana, que hay horas para casi todo.

Felicítate cada día que hayas cumplido con los objetivos que te habías propuesto. Puede que consideres que no has hecho nada extraordinario, pero siempre tenemos la opción de no hacer nada, así que cualquier cosa que hacemos supone un esfuerzo y nos merecemos un reconocimiento, aunque sea propio. También puedes planificar pequeñas recompensas cada cierto tiempo, por ejemplo una actividad un poco especial al final de cada mes si has trabajado bien.

Si necesitas más ayuda, llámanos a los teléfonos 629 97 33 24 / 622 26 60 40 o escríbenos a rbpsicolegs@gmail.com y te informaremos sobre los servicios y actividades relacionados con el ámbito escolar.

Cómo sacar mejores notas: planificación

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Estamos en ese momento en el que la mayoría ha terminado los exámenes, han empezado con la materia del tercer trimestre pero aún no ha recibido las notas del segundo. Para ayudaros a empezar este último trimestre con buen pie y que vuestros esfuerzos se traduzcan en un mejor rendimiento, os daremos una serie de recomendaciones estructuradas en torno a distintos ejes: planificación, organización, toma de apuntes, técnicas de estudio, cuidados y rutinas…

En esta primera entrada nos centraremos en la planificación:

¿Cuánto tiempo efectivo tienes de estudio? Para poder aprovechar bien el tiempo, lo primero que necesitas saber es de cuánto dispones. Debes restar el tiempo que te llevan las actividades extraescolares, los desplazamientos… Así podrás luego distribuir esas horas entre las diferentes materias.

Hazte un horario. Debes ser realista con tus rutinas y no poner que te quedarás hasta las 2 de la mañana o que los fines de semana te levantarás a las 6 si sabes que necesitas tus 8 horas de sueño, o que los domingos siempre vais a comer a casa de los abuelos. Planifica tiempo para salir, para relajarte, para hacer deporte…

Dedica tiempo diario (o casi) al estudio. Cuando dormimos, fijamos mejor la información en nuestra memoria. Por tanto, es más efectivo estudiar 1h diaria de lunes a viernes que 5h una tarde. Además es menos pesado y descubriremos antes si tenemos dudas o dificultades, de forma que podamos resolverlas o buscar a alguien que nos eche un cable.

Dependiendo de a quién le preguntes, te recomendará empezar por las asignaturas que te resultan más difíciles o que te motivan menos (al principio de la sesión de estudio tienes más energía, de forma que si empiezas con lo más difícil te costará menos concentrarte y esforzarte), mientras que otros te dirán que empieces por lo más fácil o lo que más te motiva (te quitarás tareas pendientes de encima con facilidad y puede animarte). ¿Qué te funciona mejor a ti? Si no lo sabes, prueba ambas y decide en función de tu propio criterio.

Planifica tiempo de sobras para terminar la tarea que te has propuesto. Si una tarde tienes sólo media hora, no te pongas un tema muy difícil y opta por repasar o hacer un par de ejercicios. No dejes temas a medias.

Deja tiempo para imprevistos. Puede que te pongas enfermo unos días, que hagáis muy buena temporada y juguéis el ascenso, o que te toquen unas entradas para el cine. Una buena planificación permite cierta flexibilidad, de forma que puedas adaptarte a lo que la vida tenga a bien depararte en estos meses. Eso sí, no busques excusas los días que no haya pasado nada extraordinario. Recuerda que también has planificado tiempo de ocio, si toca estudiar ¡adelante!

Si crees que necesitas ayuda con algunos de estos pasos, o deseas mejorar tus técnicas de estudio, llámanos a los teléfonos 629 97 33 24 / 622 26 60 40 o escríbenos a rbpsicolegs@gmail.com, y te informaremos sobre nuestros servicios.

Intervención en AACC: agrupamiento

Otra de las medidas a la hora de intervenir con alumnos de altas capacidades es el agrupamiento. Consiste en reunir a un grupo de alumnos según temporalidades y criterios variados, pero que comparten alguna característica o interés común.

Un tipo de agrupamiento podría ser de varios alumnos de una misma clase, o bien de alumnos del mismo curso pero de líneas diferentes, o del mismo ciclo, o bien de ciclos diferentes. El agrupamiento puede ser para un trabajo concreto, o bien de una asignatura o varias asignaturas, y puede tener una duración puntual o de todo el trimestre o curso. No obstante, un agrupamiento de este último tipo (total, el que abarca todo el curso), especialmente si se hace con niños de altas capacidades, suele considerarse que promueve la segregación y no es habitual su aplicación.

Las ventajas de este tipo de intervención es que permite mejorar la motivación y el rendimiento, al enfocarse hacia temas del interés de los alumnos y lograr una mayor profundización. Permite hacer enriquecimiento y flexibilización parciales de una forma no aislada y fomentando el trabajo en equipo.

Los agrupamientos pueden realizarse en horario lectivo o bien durante horas de soporte escolar o como actividad extraescolar.

 Si sospechas de que tus hijos pudieran tener altas capacidades, o necesitas apoyo en la mediación con la escuela, podemos ayudarte. Llámanos a los teléfonos 622 26 60 40 / 629 97 33 24, o escríbenos a rbpsicolegs@gmail.com, y te informaremos.

Intervención en AACC: aceleración

Cuando un niño es identificado como alumno con Altas Capacidades, hay diversas maneras de intervenir que van mucho más allá de darles más ejercicios de lo mismo o darles un mandala para pintar. No hay una medida que sirva para todos ellos, dado que se trata de un grupo muy heterogéneo y es importante que se tengan en cuenta tanto el tipo de altas capacidades que tiene como su carácter, sus intereses y sus circunstancias.

Una de estas medidas es la aceleración, que puede ser completa o parcial. La aceleración parcial, también llamada flexibilización, consiste en que un alumno realice una o varias asignaturas del curso inmediatamente superior. Por ejemplo, un niño que curse tercero de Primaria, podría ir a la clase de cuarto para realizar con ellos la asignatura de Matemáticas. Esto puede ser una medida en sí misma, por ejemplo para alumnos con talento lógico-matemático, pero también podría formar parte de la preparación para una aceleración completa (avanzar en algunas asignaturas antes de subir de curso).

En el caso de la aceleración completa, se pasa al alumno directamente al curso superior. Es una medida que suele funcionar muy bien para alumnos superdotados o con talento académico, pero que no se recomienda realizar en solitario, sino complementando con otras medidas. Parece existir la creencia entre algunos profesionales de que los niños a los que se acelera aprenden los contenidos del curso que se saltan de forma mágica, cuando evidentemente de lo que se trata es de que aprenden más deprisa, con lo cual necesitan recibir esos contenidos de alguna manera. Con una buena planificación, es posible que el alumno consiga ponerse al día con sus compañeros del curso superior y no le queden lagunas en su aprendizaje.

Se suele hacer mucho hincapié en el aspecto social, especialmente como medida disuasoria para considerar esta intervención. Curiosamente, cuando se habla de hacer repetir a un alumno que no alcanza las competencias básicas, no parece que se le dé tanta importancia al hecho de cambiar de compañeros como se hace en el caso de la aceleración. Si bien es cierto que hay niños muy bien integrados a los que no les atrae la idea de cambiar de compañeros, debemos tener dos aspectos en cuenta: por un lado, hay niños con AACC que tienen una inteligencia intrapersonal muy alta, cosa que les permite hacer amigos en seguida y que la adaptación sea rápida. Por otro lado, hay alumnos con dificultades a la hora de relacionarse que con el cambio mejoran, dado que a menudo se relacionan bien con niños mayores que ellos y adultos, y el cambiar de compañeros favorece estas relaciones, al sentirse más iguales (en intereses, en madurez…).

Si sospechas de que tus hijos pudieran tener altas capacidades, o necesitas apoyo en la mediación con la escuela, podemos ayudarte. Llámanos a los teléfonos 622 26 60 40 / 629 97 33 24, o escríbenos a rbpsicolegs@gmail.com, y te informaremos.